China quiere sus propias marcas de lujo
Viernes, 16 de diciembre 2011
Marcas de lujo occidentales buscan clientes chinos.
Afuera de la tienda de Louis
Vuitton en la calle Canton de Hong Kong, se forma una fila mientras los
guardias de seguridad limitan el número de compradores -la mayoría de
China- que entran a la tienda.
Una escena similar ocurre en la tienda de
Chanel, en la misma calle. No hay una fila afuera de una tienda Prada
cercana, pero sí hay un grupo de turistas chinos que se están tomando
una foto frente al local.El amor de los consumidores chinos por las marcas occidentales de lujo está bien documentado y no hay señales de que pueda decaer.
Pero hay un grupo pequeño pero estable de compañías que están apostando a que los compradores chinos de productos de lujo empezarán a buscar objetos que reflejen su propia cultura en vez de la herencia y la exclusividad europeas, que son tan populares hoy en día.
Aunque expertos de la industria advierten que a estas marcas les quedará difícil competir con el prestigio y el poder de mercadeo de productos de lujo y casas de moda bien establecidas, algunas compañías con reputación están preparándose para el reto de cambiar los gustos de los compradores.
Un ejemplo es Shang Xia, una marca de lujo china que cuenta con el apoyo de la francesa Hermes.
Otras marcas incluyen los joyeros Qeelin y Chow Tai Fook, el diseñador de moda de Taiwán Shiatzy Chen (que tiene tiendas en París y China), y Shanghai Tang, fundada por el empresario de Hong Kong David Tang y que ahora pertenece al grupo suizo de productos de lujo Richemont, que también cuenta con Cartier y Chloe.
Y la propietaria de Louis Vuitton, LVMH, es dueña de la destiladora china Wenjun, que lanzó una versión de gama alta del licor baijiu, que cuesta entre US$100 y US$200 por botella.
Arriba y abajo
Shang Xia, que en chino significa arriba y abajo, abrió su primera tienda en Shanghái en septiembre de 2010 y Jiang Qiong Er, gerente y director creativo, dice que ha recibido buenos comentarios, en particular de clientes chinos."Lo más impresionante es cuando los clientes chinos, después de ver la colección, dicen '!vaya!, nos sentimos otra vez orgullosos de ser chinos'", dice ella, mientras visita Hong Kong para hablar en un foro sobre los negocios del diseño.
Shang Xia apuesta a que los chinos querrán redescubrir el lujo inspirándose en su propio patrimonio.
"El propósito de Shang Xia no es cuándo tendrá dinero, sino cómo podremos construir una marca saludable de Shang Xia para que pueda vivir por 100 o 200 años", dice.
Los productos de Shang Xia van de la joyería a los muebles, de las prendas de cachemira o de fieltro a las cerámicas. Su línea con mejores resultados de venta es un juego de té de porcelana con tiras gruesas de bambú tejidas a mano en el exterior y que sirven como protector de la tetera.
Cuesta 25.000 yuanes o US$3.123 y ya hay una lista de espera de tres meses por este producto.
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